La Guerra, grabada por Goya. El Mundo
La famosa colección de grabados 'Los Desastres de la Guerra', que Francisco de Goya realizó para retratar la guerra de la Independencia (1808-1814), se exhibe desde este jueves en el Museu Diocesà de Barcelona, en una exposición que también dedica un apartado a recodar cómo afectó ese conflicto a Cataluña.
La muestra recopila 80 grabados de la primera edición que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hizo en 1863 -casi 50 años después de las primeras pruebas que hizo Goya-, una colección que ahora pertenece a Ibercaja, que colabora en la exposición.
Goya hizo los dibujos a raíz de la petición del general José de Palafox, defensor de Zaragoza, que envió una misiva al artista pidiéndole que viajara a la capital aragonesa para que pintara los horrores de la guerra y la "gloriosa" resistencia del pueblo español.
Tras un largo y difícil viaje -Goya ya era sordo y tuvo que ser Luis Gil quien le ayudara traduciendo al lenguaje de signos-, el pintor vivió en carne propia los desmanes de la Guerra de la Independencia, que en los primeros grabados plasma de una forma directa, sin remilgos.
"Goya se adelantó al concepto de reportero gráfico", ha remarcado la responsable de proyectos culturales de Ibercaja, Magdalena Lasala, recordando así que Goya siempre fue testigo directo de los hechos que dibujó.
La segunda parte de la colección de grabados abarca el periodo entre 1848 y 1865, y deja las escenas más sanguinarias para centrarse en el hambre y la miseria que vivía la población de Madrid.
Por último, Goya escenificó su "decepción" por la llegada al poder del rey Fernando VII, que tras abolir las Constitución de 1812 traicionó al pueblo y cayó en el más duro absolutismo.
Además del valor documental, los grabados también permiten ver cómo Goya, que conocía ampliamente la técnica del grabado de Rembrandt, también innovó utilizando la 'aguada', una manera de grabar que aporta matices al dibujo para dotarlo de mayor expresividad.
La exposición se complementa con documentación inédita del Museu Diocesà que explica la repercusión que la Guerra de la Independencia tuvo en Catalunya, donde es más conocida como 'Guerra del Francès'.
Ahí se pueden conocer hechos históricos tan dispares como el del sacerdote Pedro Coret, un doble espía que urdía campañas para envenenar a todos los franceses de Barcelona a través del agua pero que minutos antes les avisaba a cambio de una recompensa.
También es curioso el caso de un sargento de Ciudad Rodrigo (Salamanca) que, llevado por el patriotismo, durante cuatro años viajó por Francia haciéndose pasar por cardenal Borbón, y así ofició misas, casaba y confesaba a los feligreses, hasta que cayó en manos de la Inquisición.