El Louvre exhibe sus cobres de Goya. Heraldo de Aragón
El museo parisino inaugura hoy una sala con cuatro planchas de la serie ‘Los Disparates'.
«Rendir homenaje al pintor era una necesidad», aseguran desde la pinacoteca.
«Goya, pesadilla repleta de cosas desconocidas, de fetos que se cuecen en los días de reposo, de viejas frente a espejos y niñas desnudas, para tentar a los demonios ajustando bien sus medias» (Charles Baudelaire en LesPhares -‘LesFleursduMal', 1857-).
«La admiración inalterable que manifiesta el mayor poeta francés del siglo XIX al pintor aragonés traduce la inconmensurable importancia que tuvo Goya en el desarrollo de las vanguardias parisinas del XIX», asegura Pascal Torres, conservador y director de la Calcografía del Museo del Louvre de París, que hoy inaugura una sala dedicada a la obra del pintor de Fuendetodos.
En este sentido, reconoce, rendir homenaje al maestro era «una necesidad» para la pinacoteca parisina, que ya albergaba obras de Francisco de Goya, esencialmente retratos, un bodegón y unas pocas pinturas de género del pintor, quien falleció en Burdeos en 1828.
La exposición permanente se recoge «en un pequeño gabinete junto a la sala de la pintura española del Louvre» y en ella se exhibirán ocho obras, aunque son cuatro las piezas sobre las que pesa casi todo el protagonismo: los cobres de la serie de ‘Los Disparates' que la sociedad de Amigos del Louvre donó el pasado verano al museo, previa compra a una galería de arte de París, pese a que la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando mostró su interés en tenerlos e incluso se llegó a cerrar un acuerdo verbal.
La venta, sin embargo, se frustró, separando irremediablemente estas cuatro planchas del conjunto de 22 que conforman ‘Los Disparates'. «Que estén en el Louvre no tiene ninguna coherencia histórica», dijeron en su momento desde el Prado.
Inspiración para románticos
Estas cuatro planchas son ‘Disparate de bestia', ‘Disparate conocido', ‘Disparate puntual' y ‘Disparate de tontos' o ‘de toritos'. «La sala abre completamente al público francés la época negra de Goya -añade el conservador-, que tanto inspiró la ‘veta negra' de los mayores pintores del romanticismo europeo, como Manet, Redon, Cézanne». Estos cobres solo han sido expuestos al público una vez: en el Petit Palais de París del 13 de marzo al 8 de junio de 2008.
En este rincón de la pinacoteca parisina también se exponen pinturas atribuidas al pintor aragonés, pero que hoy en día hay dudas sobre su autoría o se sabe que pertenecen a otros artistas. Son ‘Retrato de Mariana de Waldstein, novena marquesa de Santa Cruz', ‘El matrimonio desigual', ‘Cristo en el monte de los Olivos' y ‘Escena de la Inquisición', atribuida a Eugenio Lucas y Velázquez.
La ‘Gioconda', su gemela y ‘Santa Ana' se juntan en el museo parisino
El Museo del Louvre ofrece desde ayer una exposición con motivo de la restauración de ‘La Virgen, elNiño Jesús y Santa Ana', de Leonardo daVinci. Estamuestra reúne algunas de las más grandes obras maestras del pintor florentino.
También se expone ‘La Gioconda' del Prado, obra ejecutada por un discípulo aventajado del artista (1452-1519) bajo su supervisión, aunque no se puede ver junto a la del propio Da Vinci, sino que se presenta en el Hall Napoléon, en la planta baja del museo parisino.
La concepción de la ‘Santa Ana', considerada su última obramaestra, en la que el pintor trabajó hasta su muerte y durante casi dos décadas, es, según el comisario de la muestra, Vincent Delieuvin, «muy ambiciosa», entre otras razones por tratarse de u grupo en movimiento, del que se conocen numerosas variaciones.
‘La Gioconda' del Prado, junto con el ‘San Juan Bautista' de Da Vinci, ocupan una sala principal en la muestra, contigua al espacio estelar donde resplandecen ‘Santa Ana' y el cartón de Brulington House, una representación de Santa Ana, la Virgen, el Niño y san Juan Bautista conservado en la National Gallery de Londres. La muestra incluye otras piezas maestras de Da Vinci, pero también de Rafael y Miguel Ángel.