El menú visual incluye a Goya, Modigliani, y Tintoretto. El Universal
Las siete virtudes, una pintura de 1550, de Pieter de Kempener, donde siete rostros de mujeres representan la esperanza, la caridad, la fe, la templanza, la fortaleza, la justicia y la prudencia fue detonante de la exposición El rostro de la mujer en la historia del arte.
En esta muestra son singulares también la pintura de Francisco de Goya de una niña, que tiene un rostro muy distinto al de los personajes duros que le caracterizan (se llama Retrato desconocido); al igual que son claves dos cuadros medievales con motivos religiosos o la señora Freeman, retrato del siglo XIX, de John Everett Millais o la pintura hecha por una mujer, Elizabeth Lebrun Vigge, Retrato de dama, que data de 1795, y que según el curador de la muestra, Marco Silva Barón, representa ya "un retrato de género, con una mirada femenina, como una persona que expresa su personalidad".
Tampoco hay que perderse la pintura, nunca antes vista en México, que Amadeo Modigliani hizo de Marevna, Marie Vorobieff-Stebelska, artista rusa que tuvo una relación con Diego Rivera y con quien, además, se dice, tuvo una hija que se llamó Marika. La pintura es de un coleccionista mexicano, privado, que aceptó prestar la obra.
Figuran también pinturas de Jean Honoré Fragonard, Francisco de Zurbarán, El Tinttoretto, Pelegrín Clavé, Pedro Rivera, Joaquín Sorolla, Germán Gedovius y el mexicano Ángel Zárraga; se trata de obras provenientes de colecciones particulares, así como de los museos San Carlos, Nacional de Arte, del Virreinato, Franz Mayer, y los estadounidenses de Arte de Houston y de Arte de Colombus, Ohio, y de la UNAM.
La muestra está puesta cronológicamente, salvo por aquellas piezas contemporáneas. "A lo largo de la exposición se empieza a ver que la mujer se transforma, tiene emociones, rostro propio, se define como una mujer con sus características, sus emociones, ya no sólo un objeto decorativo. Transitamos de mujeres totalmente cubiertas a mujeres libres", dice Carmen Gaitán.
Silva Barón explica que el origen de la representación de la mujer obedece a relaciones religiosas. "Vamos a ver como constantes de representación a la mujer dentro de la historia divina, la mujer en el espacio privado y como representante de ideas o conceptos abstractos: la belleza, la virtud, la justicia, la verdad, el honor".
La muestra se inaugurará el 5 de julio en el Museo de San Carlos, ubicado en Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera. (Sonia Sierra)