El Museo del Prado se mira, pero sí se toca. ABC.es
La pinacoteca acerca su colección a las personas con discapacidad visual con una exposiciónde seis imágenes en relievede obras muy representativas, acompañadas de paneles y cartelas en braille.
«Prohibido tocar». Es una de las frases más repetidas en cualquier museo del mundo. De hecho, si te acercas más de la cuenta a cualquier obra de un museo, lo más normal es que suene una alarma y el vigilante de turno te saque los colores. El Prado y la Fundación AXA, con la colaboración de la ONCE, han querido acercar algunas de las principales obras de la pinacoteca a personas con algún tipo de discapacidad visual con una exposición muy singular, comisariada por Fernando Pérez Suescun, en la galería norte de la planta baja del edificio Villanueva.
Se han instalado, hasta el 28 de junio, seis imágenes en relieve de obras representativas de sus colecciones. La selección se ha llevado a cabo para que hubiera una variedad de géneros y escuelas. Las obras son: «Noli me tangere», de Correggio; «La fragua de Vulcano», de Velázquez; «El caballero en la mano en el pecho», de El Greco; «El quitasol», de Goya; «La Gioconda», del taller de Leonardo; y «Bodegón con alcachofas, flores y recipientes de vidrio», de Van der Hamen. Las imágenes se completan con paneles y cartelas en braille, así como con audioguías de apoyo. De hecho, el Prado cuenta con nuevas audioguías con audiodescripciones de 53 obras de su colección, especialmente dirigidas para los visitantes con algún tipo de discapacidad visual. Se han dispuesto unas gafas opacas -que impiden la visión- para facilitar esta experiencia sensorial a todo tipo de público.
Para llevar a cabo la reproducción en relieve de estas obras -realizada con la técnica Didú de los Estudios Durero- se hicieron fotografías en alta resolución a las que se confirieron texturas y volúmenes de hasta seis milímetros.
Accesibilidad a sus colecciones
Para garantizar la accesibilidad universal a sus colecciones, el Prado ha adecuado la mayoría de sus espacios y ha eliminado las barreras arquitectónicas para las personas con discapacidad física, salvo algunas exepciones. Al préstamo de sillas de ruedas y bastones en las consignas se suman la atención personalizada en lengua de signos española en servicios de acogida, el servicio de signoguías...
El Prado también lleva a cabo actividades dirigidas a centros e instituciones donde acuden públicos con discapacidad intelectual, enfermedades neurodegenerativas... Son realizadas por educadores especialistas de diversas disciplinas. Desde el Área de Educación del museo se han elaborado diversos materiales para facilitar el acceso a sus colecciones. Entre ellos, cabe destacar la «Guía visual del Museo del Prado», desarrollada e ilustrada con la colaboración de personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Asimismo, el Prado pone a disposición de sus visitantes 13 pictogramas de los personajes de «Las Meninas» y del taller de Velázquez, dirigidos a personas con una mayor capacidad visual que oral o escrita.