La National Gallery se encomienda a Goya con su mayor muestra de retratos. ABC.es
Más de sesenta de los 150 que pintó el genio de Fuendetodos se expondrán este otoño en Londres
Si en la pasada temporada el último Rembrandt y los expresionistas fueron las felices apuestas de la National Gallery de Londres, en la que viene se encomendará al genio visionario de Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828). El próximo octubre la gran pinacoteca británica inaugura la que presenta como la mayor muestra jamás reunida de retratos de Goya, con más de sesenta de los 150 que pintó. El Museo del Prado ha prestado diez de los cuadros y también figuran cesiones de coleccionistas y otros museos españoles. Por primera vez, por ejemplo, se verá en público el retrato de Don Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro, adquirido por el empresario Villar Mir a comienzos de este año, según algunas publicaciones por nueve millones de euros.
La National Gallery, que recibe seis millones de visitantes al año (2,5 en el Prado en 2014, pese a sus apabullantes tesoros), inicia temporada con acento español. Su nuevo director es Gabriele Finaldi, un londinense que durante trece años había trabajado como número dos de El Prado, y debutará con Goya, con lo que define como «una selección exquisita de retratos». Xavier Bray, el comisario de la muestra, explica que su ánimo es «revaluar su innovador y poco convencional enfoque del retrato, donde con frecuencia rompió las fronteras tradicionales, para ofrecer una visión que penetra en los aspectos públicos y privados de su vida».
Una biografía larga y agitada
La de Goya es una biografía larga y agitada, de 82 años, donde fue pintor favorito de la corte, pero también padeció y consignó los espantos de la Guerra de la Independencia, sufrió con las felonías de Fernando VII, padeció la sordera y la enfermedad y murió exiliado en Burdeos. Es innecesario recordar su logro: puso a la pintura un siglo y medio por delante, anticipando ya muchas de las rupturas del siglo XX, y con frecuencia su pincel fue un taladro que penetró con irreverencia en la psique de los grandes de su época.
La muestra de Londres da fe de cómo se dispersa por el planeta la obra de un genio. El último cuadro que pintó, en 1827, con 81 años y a unos meses del telón, es un retrato de su querido único nieto Mariano. La obra llegará cedida por su actual propietario, que es el SMU de Dallas, que la adquirió en 2013 por ocho millones de dólares, cuando la puso en el mercado su dueño, el armador griego George Embricos. De Estados Unidos, de la Hispanic Society de Nueva York, llega también el retrato que se ha elegido como cartel de la exposición, la Duquesa de Alba. El tardío retrato del Doctor Arrieta, de 1820, viaja desde Minneapolis.
Hay también oleos que llegan de México, Brasil, Estocolmo... Pero lógicamente la contribución española es medular. Ahí estarán, entre otros, el Conde de Floridablanca, del Banco de España; la Duquesa de Benavente, de una de nuestras colecciones privadas; y cuadros de El Prado como los retratos del Duque y la Duquesa de Osuna, el de Jovellanos o la aguda aproximación de Goya al inquietante Fernando VII. También hay obra del Museo Goya y del de Bellas Artes de Zaragoza y de la Colección Abelló.
La muestra incluso hace posible algún reagrupamiento familiar. El retrato de la Condesa de Altamira y su hija, de la colección Lehman del Metropolitan de Nueva York, viaja a Europa por primera vez y se reunirá con el del Conde de Altamira, propiedad del Banco de España.
Un robo muy sonado
La relación de Goya con la National Gallery también guarda una anécdota policíaca. En la colección permanente del museo de Londres hay cinco obras del pintor español. Una de ellas, el conocido retrato del Duque de Wellington, fue robado en agosto de 1961. El suceso supuso una conmoción en su momento, porque nunca se había robado un cuadro allí. Al final se detuvo a un taxista de 61 años, Kempton Bunton, que dijo haberlo hecho para llamar la atención dentro de una campaña que auspiciaba de ayuda a los pobres. Aseguró que había entrado por la ventana de un baño que daba a la calle y que salió por el mismo sitio sin problema alguno. Andando el tiempo se supo que quien llevó a cabo el robo en solidaridad con él fue en realidad su hijo veinteañero, más ágil, y que aprovechó una cuerda de un albañil para trepar.
La exposición permanecerá desde el 7 de octubre al 10 de enero. Entrar costará 18 libras (25 euros). Como todos los grandes museos de Londres, la National Gallery mantiene la política de entrada libre, salvo en las muestras especiales. Goya ya estuvo presente en la ciudad a comienzos de año, con su Álbum de Brujas y Viejas en la galería Courtauld.