Un 'goya' por sorpresa
Un particular cede una obra, identificada por el Museo del Prado, para la muestra 'Goya y Zaragoza'.
Ha sido algo inesperado, una sorpresa, ya que fue la casualidad la que ha hecho que la exposición Goya y Zaragoza. Sus raíces aragonesas --Museo Goya. Colección Ibercaja-- incorpore hasta el 28 de junio una nueva obra del genio de Fuendetodos. Se trata de Virgen con el niño y san José y ha sido el propio Museo del Prado el que ha confirmado la autoría del aragonés.
Fue un particular quien al visitar la exposición y ver Virgen con el niño de la colección Félix Palacios Remondo, pensó en voz alta que él, en su dormitorio, encima de la cama, tenía una "muy parecida", un comentario que oyó Manuela Mena, jefe de Conservación de Pintura del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado, según explicó la especialista. Les envió hace un par de semanas unas fotos y "desde varios departamentos vimos el interés de la composición"; así que el siguiente paso fue verlo. "Lo trajo en su coche el lunes de la semana pasada", reconoció Mena.
Durante unos días, una docena de personas "analizamos el material científico y documental, realizamos análisis de pigmentos, infrarrojos..." y el resultado confirmó lo que ya pensaban. "Era evidente que era de Goya", señaló Mena, aunque su propietario lo creía de un anónimo; así que le pidieron que lo cediera porque "el pueblo de Zaragoza se merece ver esta obra". Y ahí está expuesto, frente a Virgen con el niño.
COMPARACIÓN
Lo interesante, para la especialista, es la "comparación de los dos cuadros", ya que cuando se puede por el mismo tema y momento (como es el caso), se produce "un cortocircuito nuclear para el conocimiento del artista". No son iguales porque en el nuevo está la figura de san José. "Goya no se puede copiar a sí mismo", señaló Manuela Mena porque lo que hace es "repensar y buscar soluciones a situaciones no satisfechas" en su momento. Los modelos para la Virgen y san José son los mismos que el artista empleó en el periodo entre 1772-73 para las pinturas murales del Aula Dei.
Goya pintó ambas piezas, según los análisis de las radiografías e infrarrojos, sobre lienzos reutilizados quizá porque "no vendió o no gustó al que se lo encargó".
DIFERENCIAS
Son varias las diferencias que Mena explicó durante la presentación. En Virgen con el niño Goya pintó desde abajo, desde el propio lienzo; mientras que en Virgen con el niño y san José es "más superficial, como si se estuviera interpretándose a si mismo". La terminación es "más sutil y delicada". A san José lo pintó al final porque "no sale en la radiografía" aunque "sí está integrado en la composición".
La luz también los diferencia, ya que en el de la colección Palacios es "más fuerte, potente", mientras que en el nuevo goya la parte de abajo del manto de la virgen y el paño en blanco está "en la sombra para que no se coma a san José, que está en segundo plano y en penumbra".
En el ya conocido, la virgen sostiene al niño "pero nunca lo toca porque descansa en el paño" y sí en el que aparece san José, que "lo coge directamente". Según Mena, en el de la colección Palacios, el niño levanta las manos en "respuesta al amor" de su madre; mientras que en el del particular, "está más cerca, va a tocarla"; y respecto al manto, en uno parece que envuelve mientras que en el otro tiene sentido ascendente que nos dirige hacia la virgen.
En Virgen con niño el tocado de la virgen es "muy fuerte y definido" mientras que en Virgen con niño y san José para conseguir "la expresividad, corta el perfil de la virgen. Esta nueva pieza tiene una de las firmas de Goya, y es que "pinta la frente encima del pelo y no al revés, como el resto".
A la presentación de la incorporación de la obra asistieron, además de Mena; Dolores Serrat, consejera de Cultura de la DGA; Javier Callizo, director General de Patrimonio; Rosario Añaños, directora del Museo; Ana Armillas, directora de la Fundación Goya en Aragón, y Magdalena Lasala, responsable del Programa de Cultura de Ibercaja, quien señaló que la exposición Goya y Zaragoza ha sido vista por 33.000 personas. Ahora hay un atractivo más porque cuando acabe la exposición, la obra, posiblemente, volverá a la habitación de su propietario.
Fuente: elperiodicodearagon.es Imágen: Chus Marchador