Relecturas de Goya en ARCO. heraldo.es
Una galería de Luxemburgo vende los murales del filipino Manuel Ocampo reinterpretando la iconografía del artista de Fuendetodos.
Un repunte de las ventas, obras de menos estridencias y una mayor calidad era, de manera general, la valoración que el sector ha hecho de la edición de ARCO que cerró el pasado domingo, aunque el entusiasmo siempre va por barrios y no todos los galeristas se marchaban con la misma alegría.
Las propuestas más arriesgadas, los proyectos especiales son más difíciles de encajar y requieren de un comprador muy amante del icono, del artista o de la concreta expresión artística, como era el caso de la galería Nosbaum Reding, de Luxemburgo, que llevó la reinterpretación de la obra de Francisco de Goya realizada por el artista filipino Manuel Ocampo 'Ocampo vu par Goya'. "Perdone, ¿podría explicarme el significado del mural?", interpelaba una joven estudiante al galerista Álex Reding en las últimas horas de la feria.
El interrogante era recurrente entre los curiosos atraídos por la propuesta, como una gran sanguina de murales extendidos en tres paredes en los que volaban la Duquesa de Alba del 'Volaverunt', las asnerías, los monstruos y la retahíla satírica de la serie de 'Los Caprichos', con la simbología histórica que emana del cuadro 'La junta de Filipinas' (1815).
Un conjunto monumental pero "no fácil de vender", reconocía Reding. Definitivamente esta no era una pieza para advenedizos de la acumulación o coleccionistas en busca de una golosina subversiva o un pequeño icono pop, el precio que se pide por el conjunto mural es de 90.000 euros, y de entre 12.000 y 19.000 euros por los cuadros que lo acompañan ¿Quién podría interesarse por esta relectura? "Sobretodo un amante de la pintura contemporánea, amante del gesto expresivo y de las referencias históricas", apunta el galerista.
El Musée Goya d'art Hispanique de la ciudad francesa de Castres, en el Midi-Pyrénées, invitó el año pasado a Ocampo a realizar durante cinco semanas una reinterpretación de la obra 'La Junta de Filipinas', de la que es propietario el museo francés. El motivo fue el bicentenario que se cumplía desde que Goya ejecutó el gran lienzo, un retrato colectivo que inmortaliza un momento de la asamblea de la Compañía en Madrid que fue presidida por el mismo Fernando VII.
Más allá de la expresión artística, a Goya siempre se le encuentra en el estrato de la reflexión, de la rebelión y de la crítica mordaz a los vicios sociales, por lo que en ese envite de lo histórico con lo contemporáneo, Ocampo fue más allá del propio cuadro de época y rescató los buitres, duendes y monstruos de sus series de grabados.
La figuración crítica acometida por medio de la ironía, el sarcasmo y la escatología de la existencia humana son rasgos de la trayectoria de Ocampo, cuya obra se comercializa en galerías de Francia, Alemania y esta de Luxemburgo. "Ahora su mercado se está desarrollando bien en países como China, Indonesia y Malasia", explica el galerista, quien apunta que ya hay un posible comprador flamenco para esta reinterpretación del de Fuendetodos.
'La carga de los mamelucos', por Albano Afonso
De más fácil consumo, también la galería Casa Triángulo de Sao Paulo llevó a ARCO una pieza creada sobre una obra goyesca, 'La carga de los mamelucos', reconvertida en una de las características constelaciones del brasileño Albano Afonso. A partir de reproducciones agujereadas de cuadros icónicos, como 'El almuerzo sobre la hierba' de Manet o los autorretratos de Van Gogh, el artista explora la iluminación y la oscuridad de las pinturas.
Esta técnica que, de entrada, podrían rechazar los más puristas por el sacrilegio de pervertir el sentido de obras-eslabones de la historia del arte, si nos ponemos, no es nada comparado con aquella otra intervención que recuerdan los que tienen memoria de ARCO, cuando en el año 2003, los provocadores hermanos Jake y Dinos Champan intervinieron directamente sobre una serie de 'Los desastres de la guerra' -una tirada auténtica, no facsímiles-, bajo el nombre 'The rape of creativity'.