50 años de obra gráfica del diseñador Alberto Corazón en Fuendetodos
Desde el 29 de marzo hasta el 16 de junio se puede visitar la muestra “Alberto Corazón. Obra gráfica. 1968-2018” en la Sala Ignacio Zuloaga y el Museo del Grabado de Goya en Fuendetodos.
Dentro de los actos conmemorativos del 273 aniversario del nacimiento de Goya, el Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos de la Diputación de Zaragoza ha organizado la exposición “Alberto Corazón. Obra gráfica. 1968-2018”, que desde el 29 de marzo hasta el 16 de junio se puede visitar en dos sedes: la Sala Ignacio Zuloaga y el Museo del Grabado de Goya de Fuendetodos.
La muestra reúne 71 grabados de Alberto Corazón (Madrid, 1942) —premio Nacional de Diseño (1989) y uno de artistas españoles con mayor proyección internacional—, realizados a lo largo de sus 50 años de trayectoria que reflejan su gran variedad estilística y que reúne una gran diversidad de técnicas: aguafuerte, punta seca, serigrafía, monotipo, litografía y fotolitografía.
Mediante esta muestra el artista madrileño quiere reivindicar la importancia del grabado, siendo esta la primera recopilación de su obra gráfica, entre la que destaca la creación de su aguafuerte Emblema, que ha sumado a la serie Disparates de Fuendetodos, ocupando el número 69. Una iniciativa impulsada desde 2001 por la Diputación de Zaragoza y el Ayuntamiento de Fuendetodos como homenaje a la serie de los Disparates que Goya dejó inconclusa, y en la que han participado relevantes artistas como Chirino, Guinovart, Dario Villalba, Luis Feito, Juan Genovés, Martín Chirino, Luis Gordillo, José Hernández, Víctor Mira, Rafael Canogar, Jaume Plensa, Manolo Valdés, Eduardo Arroyo, Günter Grass, José Manuel Broto, Toral, Gúnter Grass, John Berger e Yves Berger, Cristina Iglesias y Ouka Leele, entre otros.
Corazón, académico de número de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando y de la Real Academia de Gastronomía, donde ocupa el sillón Goya, señaló durante el acto de inauguración celebrado en Fuendetodos que en su obra y en su vida percibe la presencia espiritual de Goya "como una constante".