Del museo al papel: la edición del catálogo “El dibujo español en el gusto privado. Del Renacimiento a la Ilustración”

“De una gran exposición, lo que queda es un buen catálogo”, quizás esta sea una de las frases más repetidas entre quienes se dedican a la gestión cultural durante el proceso de edición de un libro de estas características; y es que su carácter tangible siempre prevalecerá sobre la fugacidad de una muestra. Pero para llegar a término, son muy prolijas y complejas las fases que conllevan la elaboración de un catálogo; a menudo desconocidas por los lectores y, paradigmáticamente, ensombrecidas por un buen resultado final.

Por ello, a raíz de la elaboración del catálogo fruto de la exposición “El dibujo español en el gusto privado”, editado por el Gobierno de Aragón y la Fundación Goya en Aragón, bajo la dirección científica de José Ignacio Calvo y la coordinación técnica de Myriam Monterde (Arte Por Cuatro) y Elisa Plana, desgranamos los procesos que han conllevado su reciente publicación. Un libro, que surgido de la iniciativa del coleccionista Félix Palacios, reúne 60 obras de grandes nombres del arte español, como Goya, Pacheco, Ribera, Cano, Murillo, Coello, Bayeu o Vicente López, procedentes de prestigiosas colecciones privadas del país: Colección Abelló, Colección Ángel Navarro Pardiñas, Colección Colomer, Colección Félix Palacios, Colección Gutiérrez de Calderón y Fundación Casa de Alba.

Su contenido

Aunque parezca una obviedad, una publicación de este tipo no resultaría de la calidad esperada sin efectuar una buena selección previa de los autores encargados de elaborar cada una de las detalladas fichas que acompañan a las obras; en este caso veinte reputados especialistas en los artistas artífices de los dibujos objeto de la muestra: Lidia Beltrán, José Ignacio Calvo, Soledad Cánovas del Castillo, Elena Cenalmor, Daniel Crespo, Jesús Criado, José Manuel de la Mano, David García Cueto, Fuensanta García de la Torre, David García López, Carlos González Navarro, Eduardo Lamas-Delgado, Alejandro Martínez, Manuela B. Mena, Carmen Morte, Álvaro Pascual, Ángel Rodríguez Rebollo, Álvaro Romero Sánchez-Arjona, Carlos Sánchez Díez y Zahira Véliz. Para ello ha sido fundamental la figura del director científico, quien además exponer los propósitos y contenidos de la exposición en un proemio, ha seleccionado y contactado con dichos autores, estableciendo unas pautas claras a la hora de solicitar los textos.

Unas pautas que fueron claves para guiar la fase de corrección ortotipográfica de los textos, una tarea ingente y esencial a la hora de terminar de unificar los campos de las fichas y su referenciación bibliográfica, que comprende más de trescientos títulos. Este es uno de los aspectos que determinan la calidad del carácter científico de un catálogo de arte, pues toda citación bibliográfica ha de ser entendida y correspondida en su desarrollo bibliográfico por los lectores. Una labor sutil de cuyo buen hacer depende que encontremos una armonía general en los textos, sin que en ocasiones seamos capaces de determinar el porqué.  

Otra cuestión minuciosa, y que la coordinación del catálogo realiza en paralelo, es la recopilación de las fotografías de cada uno de los dibujos —previamente elaboradas por expertos fotógrafos—, así como la solicitud de los derechos de uso de las más de cincuenta imágenes —que han servido para complementar las descripciones histórico-artísticas de las obras— a distintos museos e instituciones nacionales e internacionales.

Su continente

Y tan importante es lograr un buen contenido como una presentación a su altura, sobre todo en el caso de una publicación de eminente carácter artístico, que como en este caso reúne el trabajo de artistas de primera fila del arte español. Para ello en la elaboración del catálogo se ha contado con los diseñadores de Sello Estudio que, con el objetivo de lograr una consonancia estética entre la muestra y el catálogo, han realizado la imagen gráfica de ambas cuestiones.

El resultado ha sido un libro de marcado carácter clásico con pequeños toques de modernidad que, desde la elegancia y la sobriedad, busca seguir la tradicional línea de diseño de este tipo publicaciones. Así, para su imagen de portada el estudio de diseño seleccionó uno de los dibujos de la exposición, procedente de la Colección Félix Palacios, Cabeza de hombre barbado de Francisco Bayeu (1776), “por su enorme calidad artística, por la conexión de su autor con Aragón y Goya, y, también, por el hecho de que no está sujeto ninguna temática concreta (arquitectónica, religiosa, paisajística…), del mismo modo que tampoco lo hace la muestra, muy diversa en este sentido. Además, la actitud observante del rostro representado nos parecía un interesante guiño al espectador sobre el coleccionismo de arte, generando así una doble lectura”. Asimismo, tanto en diseño de la cubierta como en el interior han jugado con dos tipografías de aire clásico, con serifa y marcada curvatura, que remarcan el contexto temporal y estilístico del catálogo; de hecho, una de ellas, la tipografía Butler, “está basada en la familia tipográfica Bodoni, creada por Giambattista Bodoni entre 1740 y 1813, es decir, coetánea a muchos de los dibujos del catálogo”.

Una imagen global que ha sido cuidada, tanto en su encuadernación como en el empleo de un ligero barniz selectivo en cada una de las obras que lo conforman, y que ha permitido resaltar numerosos detalles que, debido al reducido tamaño de muchos de los dibujos, han podido pasar inadvertidos a la vista del espectador durante la exposición. 

La presentación del catálogo El dibujo español en el gusto privado. Del Renacimiento a la Ilustración será anunciada en breve a través de las redes sociales de la Fundación Goya en Aragón.