José Manuel Broto: "Goya representó magistralmente su tiempo, sus miedos, sus deseos y sus reflexiones sobre el mundo"
Conversamos con el artista aragonés José Manuel Broto Gimeno sobre su reciente donación al IAACC Pablo Serrano y su visión sobre Francisco de Goya en el 275 aniversario de su nacimiento.
José Manuel Broto Gimeno (Zaragoza, 1949) es una de las figuras más significativas de la pintura española contemporánea.
Estudió Magisterio en la Universidad de Zaragoza y cursó estudios artísticos en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza. En 1968 presentó en la galería Galdeano su primera exposición individual, con una nítida inclinación al constructivismo. En 1972 se trasladó a Barcelona, posteriormente a París y actualmente reside en Mallorca. Ha expuesto sus obras en las principales ciudades del mundo y recientemente ha donado 10 de sus obras de gran formato al IAACC Pablo Serrano de Zaragoza.
Entre sus méritos destacan el Premio Nacional de Bellas Artes en 1995, el Premio ARCO de la Asociación de Críticos de Madrid en 1997, la Medalla de Oro de Zaragoza y Premio Aragón-Goya en 2003 y el Premio Nacional de Arte Gráfico en 2017, entre otros.
Ha realizado recientemente una importante donación de obra al IAACC Pablo Serrano. ¿Qué motiva que un artista con su trayectoria done obra a una institución aragonesa?
Por una parte un motivo egoísta: el de estar bien representado en una institución del nivel del IAACC Pablo Serrano y por otra el deseo de agradecer a la ciudad en la que nací la consideración y el respeto a mi trabajo que ha demostrado repetidamente.
¿Cómo realizó la selección de obras para la donación?
Quise que fuera un conjunto coherente. Son obras muy representativas del trabajo que había desarrollado en los últimos años, tanto en versión digital como en versión tradicional. Son obras que a mí me gustan.
Cuando visita un museo, ¿cómo vive la experiencia? ¿en qué se fija y dónde está el disfrute de un pintor que observa la obra de otros artistas?
Siempre es una experiencia curiosa. Confieso que preferiría no ser pintor cuando visito un museo, de ese modo tendría la mente libre para apreciar justamente las obras. Habitualmente me intereso más por detalles o fragmentos que por la totalidad de una pieza. Veo los cuadros con inquietud y emoción y siempre encuentro algo interesante que puede servirme en mi trabajo.
Ha vivido en diferentes ciudades, incluida París, fuera de nuestras fronteras. También Goya realizó un importante viaje a Italia que marcaría su obra posterior ¿Cómo afecta este cambio de residencia a su obra?
El cambio de residencia tiene su importancia pero como decían los antiguos: un verdadero cambio no es cambiar de lugar sino de “pellejo”. Es indudable que la luz de Mallorca ha iluminado mis últimos cuadros y el color se ha convertido en auténtico protagonismo de ellos.
Usted cita a Goya y comenta que el genio aragonés marcó su gusto. ¿Cómo explica un artista abstracto contemporáneo esa unión con un pintor figurativo que vivió hace dos siglos? ¿Qué tienen en común?
El campo de la pintura es muy amplio. Figuración, abstracción, expresionismo, solo son facetas de la misma práctica. Goya representó magistralmente su tiempo, sus miedos, sus deseos y sus reflexiones sobre el mundo. Eso es lo mismo que hace con mayor o menor fortuna cualquier pintor, yo soy uno de ellos. A mí me gustaría conseguir la misma intensidad expresiva a la que llegó él.
En una entrevista reciente, explicaba que lo que más le interesaba de la cultura francesa, en la época en que residió en París, era la libertad y el desparpajo con el que allí trabajaban. Esto enlaza con una de las búsquedas constantes de Francisco de Goya. ¿Qué suponen esa libertad para usted como creador? ¿Cree que esta búsqueda continúa vigente en pleno siglo XXI?
Librarse de ataduras ideológicas, morales o afectivas, que es lo que significa la búsqueda de la libertad, está siempre vigente, aunque en unas épocas ha sido mucho más difícil y doloroso que en en otras. Y todavía en nuestra época, en algunos lugares, es más difícil que en otros, a veces es mortal. Pero la búsqueda de la libertad no es el objetivo, a mi manera de ver, del arte. Ser libre, en el caso de la pintura, facilita la ambiciosa tarea de mostrar el mundo, otros mundos posibles o la vida, los sentimientos, o nada de una forma personal; pero hay grandes obras de arte creadas en momentos de falta de libertad total.
¿Con qué obra de Goya se queda?
Con “Visión fantástica o Asmodea”, es una obra “muy de Goya” pero a la vez desde el punto de vista cromático hay una entonación suave y delicada que otorga a la obra un componente misterioso que me resulta muy atractivo.
La Fundación Goya en Aragón tiene en su razón de ser la difusión de la obra y figura de Goya, en todos los ámbitos, y especialmente en la educación ¿Cómo considera que la educación y el arte podrían potenciar su relación?
Familiarizando a los jóvenes con el arte, con la música, con la literatura. Yo creo que ahora eso ya está pasando afortunadamente gracias a que buena parte de Internet o es directamente arte o da acceso a él. Esa cotidianidad de los jóvenes con la red, la naturalidad con la que van y vienen de un contenido a otro, incluso lo crean, da mucha esperanza en que el futuro será mucho mejor que el pasado respecto a la apreciación que ahora hay del arte y que desaparezca por siempre jamás la idea que todavía pervive de que las galerías y las obras de arte son solo para elegidos, aún hay gente que no se atreve a entrar en una galería…
¿Cómo podríamos motivar al público que disfruta con la obra de Goya y no llega a la pintura abstracta?
El público que disfruta, subrayo lo de disfruta, de la pintura de Goya no suele estar muy lejos de la pintura abstracta o de la figuración.... Ese público sabe por experiencia que unas capas de color y unas imágenes les sugieren ideas, les provocan sentimientos, incluso de rechazo, que tienen que ver con ellos mismos, con su vida, con sus creencias, con su estado de ánimo. Y no es porque el espectador se reconozca más en un cuadro de Goya que en uno de Miró, porque probablemente estamos más cerca de entender los fuegos de artificio del segundo que los aquelarres del primero. Es un asunto de sensibilidad para el arte que se puede desarrollar y fomentar favoreciendo el conocimiento y el acceso a las obras. Aunque no siempre se consiguen resultados.
Para finalizar, este año se conmemora el 275 aniversario del nacimiento de Goya ¿qué nos propone para acercar la figura del creador a toda la ciudadanía?
El legado de Goya es un universo inmenso, polifacético y contradictorio. Goya tiene pinturas “laicas” amables y bucólicas como los bocetos y cartones para los tapices, didácticas como las pinturas religiosas de Aula Dei o los frescos de San Antonio de la Florida y esa otra parte de su producción que son las pinturas negras, los aguafuertes... obras tremendas que llegan a producir terror, como “Asmodea” o “Saturno devorando a su hijo”. Por cierto, estas últimas son las que lo convierten en un artista influyente e irrepetible. Algún crítico de arte llega a decir que sin las pinturas de la Quinta del Sordo Goya hubiera pasado desapercibido, a mí no me lo parece. Siendo una obra, la de Goya, tan diversa, no debería ser difícil hacerla llegar a amplios sectores de la población manteniendo lo que es. Es posible que montajes del tipo atracción de feria que ponen las imágenes, las escenas en movimiento con gran parafernalia de luz, sonido y efectos especiales atraigan una mayor audiencia que una simple exposición bien argumentada pero eso no mejora el nivel cultural de los ciudadanos, simplemente rebaja el de la obra de Goya.