Cantar y bailar (D.3)

Véase Suben alegres (D.2).

En este dibujo una mujer mayor toca la guitarra y parece estar entonando una canción y viste ropas estrafalarias. Debajo de ella está sentada otra mujer mayor que ha dejado su comida para escuchar. Esta atrapada por la música, absorta, y parece que se sujeta la cara con gesto de sorpresa, como si reconociera la canción de antes. No parece que sea capaz de sostenerse de pie y está bailando sentada.

Es una escena de brujería con ciertos toques de carnaval, donde vemos a una vieja bruja, vestida como una flamenca, con un vestido muy adornado y con flores en el pelo. Está flotando en el aire, acompañando con la guitarra a su cantar, y por la postura de sus piernas parece estar bailando. Eleanor Sayre sugiere que el plato pueda contener algún alimento propio de la brujería, que habría hecho levitar a la mujer. Comenta también la postura de la otra figura, que se encuentra en el suelo sentada y que parece estar sujetándose la cara, como si fuera una máscara, lo que relaciona de nuevo con el carnaval.

Vemos también, a la derecha de la hoja, el resto de unas líneas, propias de un intento previo de realizar esa figura, pero de pie y no sentada como se ejecutará finalmente. Hay a su vez una pequeña sombra en el suelo, que sería la que produciría la mujer que se encuentra levitando.