- Cronología
- Ca. 1797 - 1798
- Ubicación
- Colección Particular, España, España
- Dimensiones
- 300 x 410 mm
- Técnica y soporte
- Tinta sepia oscura a pluma y rastros de lápiz negro sobre papel verjurado
- Reconocimiento de la autoría de Goya
- Obra documentada
- Titular
- Colección particular española
- Ficha: realización/revisión
- 24 ago 2021 / 19 sep 2022
- Inventario
- 225
Por Goya 1798 (a pluma, abajo a la izquierda; no es autógrafa de Goya)
Este dibujo fue regalado o vendido por Goya a Mariana Waldstein, marquesa consorte de Santa Cruz. Tras la muerte de esta en 1808, pasó a sus herederos. Condesa consorte de Scláfani, Madrid, 1922; heredado o adquirido por Fernando Sánchez de Toca y Muñoz, II duque de Vista-Alegre y II marqués de Somio, Madrid; Antonio Moreno Martín, de la librería Granata de Almería, lo compra al último propietario en 1963. Actualmente se encuentra en una colección particular española.
Con motivo de la exposición celebrada en la Sociedad Española de Amigos del Arte de Madrid en 1922, Félix Boix pronunció una conferencia en la que aseguró que este dibujo fue realizado por Goya durante una de las tertulias a las que asistía habitualmente en la casa de Mariana Waldstein, marquesa consorte de Santa Cruz, a quien el aragonés retrató en una ocasión. Esta idea fue seguida por otros estudiosos de la obra de Goya, como López-Rey, Gudiol o Gassier y Wilson. Al parecer, en las tertulias de la marquesa, el maestro, cuya sordera le impedía escuchar lo que se decía, se entretenía dibujando caricaturas de personajes conocidos o desconocidos con el objetivo de divertir a los tertulianos.
Es muy probable que durante su estancia en Italia, Goya hubiera visto los estudios de rostros y caracteres humanos realizados por artistas del Renacimiento, del Barroco o del siglo XVIII, como Leonardo Da Vinci, Anibale Carraci, Domenichino, Sebastiano Conca o Pier Leone Ghezzi. También conocería las caricaturas de tono satírico y moralizante realizadas entre 1730 y 1760 por el inglés William Hogarth. Es posible, a su vez, que el pintor conociese la existencia de la obra del gran fisiognomista alemán Johann Kaspar Lavater titulada Physiognomische Fragmente zur Beforderung der Menschenkenntnis und Menchenliebe, publicada entre 1775 y 1778 y reeditada en francés. En ella aparecían numerosas ilustraciones de rostros de animales y de humanos y de humanos que se asemejaban a animales.
En este dibujo se muestran dieciséis caricaturas realizadas en una hoja que Goya dividió por la mitad, dibujando siete en un lado y nueve en el otro. Todas excepto una son rostros de hombres, rostros salidos de la imaginación desbordante de Goya y que tienen relación con algunas figuras de los Caprichos o del Cuaderno B. Arturo Ansón ha estudiado cada uno de estos rostros, que representan diferentes tipos de personajes. De izquierda a derecha y de arriba abajo nos encontramos con dos frailes gordos y viejos, con un funcionario real o catedrático de derecho enfadado y gritando, con un hombre gordo sonriendo burlonamente con boca grande y gruesos labios, y con otro hombre con rostro de simio, cabizbajo y mirada triste. A su lado un hombre barbudo, sin dientes, que une la barbilla con la nariz y cierra los ojos. Este tiene enfrente a un hombre de perfil con rostro sorprendido y que parece que olfatea algo. Le siguen un joven prepotente y fanfarrón, un aristócrata o burgués con nariz prominente, un anciano con la nariz aplastada, un joven con mirada desconfiada, un hombre mayor con rostro de conejo que parece estar rumiando algo, seguido de un personaje que Ansón compara con un eunuco del harén de un sultán, un carcelero o un levantador de pesas circense. El siguiente personaje tiene rostro de perro o de lobo con mirada penetrante y vestido de burgués. Las dos últimas caricaturas corresponden a una mujer de perfil con la nariz pegada al rostro y a un fraile narigón.
En el reverso de la hoja existe un curioso autorretrato de busto de perfil y pequeño tamaño del propio Goya, en el que este se muestra con rostro triste, cabizbajo, con aspecto descuidado, rasgos, como ha señalado Ansón, propios de alguien enfermo o convaleciente de alguna enfermedad, lo que le ha inducido a pensar que Goya pudo realizar este autorretrato a su regreso de Cádiz a Madrid en abril de 1797.
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Exposición de dibujos originales, 1750 a 1860Madrid1922cat. 179
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Dibujo español. Del Renacimiento a Goya. La colección de la reina María Cristina de BorbónPalacio de SástagoZaragoza2008Del 7 de octubre al 8 de diciembre de 2008.cat. 100
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Vie et oeuvre de Francisco de GoyaParísOffice du livre1970p. 188, cat. 657
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Dibujos de Goya. Estudios para grabados y pinturasBarcelonaNoguer1975p. 500, cat. 309
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Dibujo español. Del Renacimiento a Goya. La colección de la reina María Cristina de BorbónZaragozaDiputación de Zaragoza / Cajalón2008pp. 326, 327-345, cat. 100