Niño de espaldas tocando el tambor. Árbol y pájaro

Este dibujo, realizado a lápiz negro repasado a pluma con trazo firme y preciso, representa una figura infantil de espaldas, tocando un tamboril, que va peinada con una trenza hacia atrás, lleva redecilla en el pelo y viste chaquetilla y calzones. Se trata de una imagen llena de encanto que comparte página con unos añadidos posteriores de trazo más torpe, aparentemente infantiles. Estos, situados en la parte superior, representan un ingenuo árbol, quizá una palmera, y un pájaro en vuelo. También hay unos trazos informes en los que se ha querido ver un pene erecto.

En el Cuaderno italiano se incluyen un total de cuatro apuntes del mismo motivo de un niño tocando el tambor (pp. 71, 73, 75 y 78), pero con distinto grado de acabado y tomados desde diferentes puntos de vista, siendo este el primero. Estos cuatro apuntes, que parecen estar tomados del natural de forma muy espontánea, estuvieron vinculados probablemente con la preparación de dos cartones para tapices del dormitorio del Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, en el Palacio Real del Pardo, cartones que Goya entregó a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara el 5 de enero de 1779. Dichos cartones, pintados al óleo sobre lienzo, eran Muchachos jugando a soldados, que presenta unas figuras infantiles que recuerdan al niño del dibujo, una de ellas tocando el tambor, y Niños del carretón, en el que aparece un pequeño de espaldas, cubierto con sombrero, con similar atuendo al del dibujo y tocando también un tambor, que sin embargo no se ve. En el momento de entregar ambos cartones Goya tenía tres hijos, cuya edad oscilaba entre los cuatro años y medio del mayor y los dos del pequeño, los cuales le pudieron haber servido de modelo, tanto para los mismos como para los cuatro dibujos preparatorios del Cuaderno italiano. Esos tres hijos de Goya, o incluso un cuarto, Javier, nacido en 1784, pudieron ser los autores de los torpes dibujos aparentemente infantiles que llenan la parte superior de la página.