Goya tiene 45 herederos en Milán. Aragón Digital
Más de 180 obras de Francisco de Goya y de creadores modernos y contemporáneos sobre los que su influencia fue decisiva se exhiben en el Palazzo Reale de Milán.
Se trata de 184 piezas entre pinturas, grabados y dibujos; 139 de Goya y 45 de Eugène Delacroix, Paul Klee, Victor Hugo, Joan Mirò, Pablo Picasso, Francis Bacon, Jackson Pollock, Honoré Daumier... así hasta otros tantos artistas en cuyo trabajo está presente la impronta del genio español.
Un total de 62 entidades prestatarias, tanto privadas como museos internacionales, de 15 países distintos participan en la exposición. Lo que se propone en Goya y el mundo moderno es una comparación inédita entre el pintor y los artistas posteriores, una mirada al de Fuendetodos como precursor y fuente de inspiración de los principales artistas y movimientos de los últimos dos siglos.
Valeriano Bozal y Concepción Lomba, comisarios de la muestra, resaltan, de hecho, que su obra es punto de referencia de los movimientos impresionista, simbolista, expresionista y surrealista.
Las semejanzas se establecen a partir del análisis de los temas favoritos del aragonés: la nueva sociedad tras la caída del viejo régimen, la industrialización y la reafirmación de la individualidad; la subjetividad y su expresión gestual; y la violencia y el terror como rasgos negativos pero también distintivos.
Goya, por ejemplo, y como resalta Bozal, fue el primer pintor que trató la guerra desde el punto de vista de las víctimas, adelantándose a los expresionistas alemanes y al Guernica, de Picasso. Goya y el mundo moderno permanecerá en Milán hasta el 27 de junio, con motivo de la Presidencia española de la Unión Europea.
MODERNO, POR VARIAS RAZONES
La influencia de Goya sobre el arte y la cultura contemporáneos ha sido reconocida por la historiografía tradicional, tal y como señalan los organizadores de Goya y el mundo moderno.
Pero en esta propuesta el ámbito de influencia del aragonés se amplía, y se le sitúa en el inicio mismo de la modernidad, tanto por su actitud como por su gesto. Se han tenido en cuenta para ello factores como la condición de la subjetividad, la presencia de la irracionalidad, la importancia del cuerpo y de la sexualidad, de la violencia y del terror y la constancia del miedo.