"Goya y el mundo moderno", una joya en Milán. EFE
La exposición 'Goya y el mundo moderno', con 139 obras del pintor aragonés, precursor y fuente de inspiración de los principales artistas y movimientos de los últimos dos siglos, fue presentada hoy en el 'Palazzo Reale' de Milán, junto a 45 piezas de los creadores más influyentes que le secundaron.
La magna muestra, que fue presentada en presencia de la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde, reconstruye, mediante pinturas, grabados y dibujos, la relación entre Goya y otros célebres artistas que han marcado la evolución del arte en los dos últimos siglos: desde Delacroix a Klee, de David a Kokoschka, de Victor Hugo a Miró, de Klinger a Picasso, de Nolde a Bacon, de Kirchner a Pollock, de Guttuso a De Kooning.
La exhibición se celebra con motivo de la Presidencia española de la Unión Europea (UE), con la cooperación de la Consejería de Cultura del Ayuntamiento de Milán y la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX), el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y el Ministerio de Cultura de España, la Fundación Goya en Aragón y el 'Palazzo Reale' de Milán.
Las cifras son suficientemente elocuentes: 184 obras maestras, 62 entidades prestatarias y 15 países distintos participan en la iniciativa, que propone una comparación inédita entre Goya y el mundo moderno y que permanecerá abierta del 17 de marzo al 27 de junio próximos.
Los comisarios Valeriano Bozal y Concepción Lomba resaltaron la influencia de Goya en el arte contemporáneo, pues su obra es punto de referencia de movimientos artísticos de los siglos XIX y XX: el Impresionismo, el Simbolismo, el Expresionismo y el Surrealismo.
"Su subjetividad, su irracionalidad, su sensualidad, su violencia y terror, su miedo y su dignidad plasmados en su obra, además de su estrategia estética convierten a Goya en figura clave de la modernidad", dijo Bozal.
El comisario añadió que Goya es el primer pintor que trata la guerra desde el punto de vista de las víctimas y se adelanta, por ejemplo, a los expresionistas alemanes y al 'Guernica' de Picasso.
La exposición consta de cinco secciones y, en cada de ellas, Goya se presenta como punto de origen de temas que fueron posteriormente desarrollados y tratados por otros artistas.
En la primera, 'El trabajo del tiempo' los retratos y autorretratos ponen de manifiesto el análisis de la subjetividad. Goya, que se concentra en la expresión individual, se compara con David, Delacroix y Soutine.
Las obras de 'La vida de todos los días', abordan las consecuencias e implicaciones de la sociedad moderna en la vida cotidiana y en ella las obras de Goya, que introduce una reflexión de carácter universal sobre el mundo y sobre la vida, dialogan con las de Daumier, Grosz, Kirchner y Víctor Hugo.
'Los disparates y lo grotesco' ilustra el mundo moderno y sus aspectos más absurdos, y muestra cómo las obras de Goya, quien transforma radicalmente la tradición que consideraba la irracionalidad y la monstruosidad como desviaciones o anomalías, anticipan las obras de Miró, Picasso y Klee.
'La violencia', es el cuarto apartado y abarca las representaciones de la guerra que tratan de explorar el aspecto más terrible de la transformación de la sociedad con las duras imágenes de Goya, cuya capacidad de representar, de una forma jamás imaginada hasta entonces, los peores instintos del ser humano, son acompañadas por piezas de Music, Dalì y Picasso.
'El grito', cierra la muestra, devolviéndole el rostro a la subjetividad, pero otorgándole esta vez un rostro deformado por el terror. La herencia del aragonés, quien relató la insaciable crueldad del ser humano, la cólera y la angustia del hombre común, se refleja aquí en obras de Pollock, Kiefer, Saura y Bacon.
Obras maestras reunidas en Milán como: el 'Autorretrato' de Goya y el de Delacroix, el retrato del 'Carlos IV' y el de 'María Luisa de Parma' realizados por Goya, que se exhiben junto a 'Mujer con Mantilla' de Picasso.
Representaciones también de la vida cotidiana como 'El Afilador' o 'La Lechera de Burdeos' y los grabados de Goya que anticipan las atmósferas grotescas de 'Circus Trio' de Georges Rouault, y 'Mujer y pájaro en la noche' de Joan Mirò.
Y los tonos oscuros de Goya en 'La Degollación' y 'La Hoguera', junto a la violencia de 'Madre con niño muerto' de Picasso.
La exposición acaba con obras de fuerte impacto emocional, 'Cristo en el Monte de los Olivos', de Goya, 'Pittura A' de Pollock, 'Three studies for a portrait of Peter Bear' de Bacon y 'Hombre rojo con bigote' de William De Kooning.