Goya, el arte de grabar. El Periódico

22 Nov 2010

Que el genio del grabado moderno en España fue Goya es algo que nadie discute. Lo que no resulta tan claro es qué artista ocupó la segunda plaza. Para los castellanos no hay ninguna duda de que el mejor después del aragonés fue Ricardo Baroja, algo que no comparten los vascos para quienes el mérito debería llevárselo Francisco Iturrino. El tercero en liza es Marià Fortuny, el candidato preferido de los catalanes y del galerista Albert Martí Palau: «Era muy hábil como grabador. Tiene poca producción pero es toda de gran calidad». Aunque Martí Palau no desmerece a los otros dos: «Iturrino estampaba en color, algo poco habitual. Pintaba los colores directamente sobre la plancha, fue el primero en hacerlo. Antes de él se iluminaban los grabados tras estamparlos» y «Baroja era muy bueno, conseguía grandes atmósferas. Ponía en imágenes lo que escribía su hermano Pío».

Quizá todo sea una cuestión de gusto, si es así, no hay problema, en la muestra La España Negra. Grabados de Goya a Solana están los tres presentes, junto con Goya y otros artistas de la talla de Eugenio Lucas, Ignacio Zuloaga y José Gutiérrez Solana, entre otros. La exposición recoge, en la sala Palau Antiguitats (calle de Gràcia, 1), más de 60 grabados españoles de los siglos XIX y XX, y tiene como hilo conductor el atraso secular de la sociedad española durante ese período, un país, que pese a los esfuerzos regeneracionistas, permaneció anclado en el fanatismo, la miseria y la ignorancia durante décadas.

EL SUEÑO DE UN HISTORIADOR

Se trata de la séptima muestra de la galería, que, en el 2007, cuando Martí Palau cogió las riendas, añadió el grabado, la especialidad del galerista, a la actividad tradicional de anticuario y así materializó «el sueño de todos los historiadores del arte: ser comisario de sus propias exposiciones», explica Martí Palau. Entre las muestras anteriores destacan la dedicada a los Fortuny, padre e hijo, que descubrió dos piezas inéditas; y la que tenía a Lluís Rigalt como protagonista y tuvo al Museo del Prado y el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) como clientes.

La España Negra arranca con Goya, la estrella de la muestra. Del aragonés se exhiben 17 grabados sueltos, algunos primeras ediciones, de las cuatro grandes series que hizo: Los caprichos, Los desastres de la guerra, La tauromaquia y Los disparates. De está última, además, hay una segunda edición, de 1875, entera, con los 18 aguafuertes que la forman. Pero las mejores piezas expuestas, o las más raras, no son de Goya, sino de José Gutiérrez Solana. Del artista se exhiben tres obras: La beata, Mujeres de la vida y La perra del artista, que, aparte de su gran calidad, tienen la peculiaridad de que cada una es el número uno de su tiraje y son todas primeras ediciones. ¿Los precios? Para todos los bolsillos, de 400 a 4.500 euros.

 

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