Goya, protagonista de la nueva película de Danny Boyle. Heraldo.es
El detonante de la trama de su película 'Trance' es el robo del cuadro 'Vuelo de brujas', de Francisco de Goya, en una venta en Londres.
Danny Boyle, director de películas como 'Trainspotting' o 'Slumdog millionaire', regresa a ritmo frenético con 'Trance', un thriller trepidante que mantendrá inmóvil la retina del espectador durante los 95 minutos que dura este filme a base de juegos mentales, acertijos enrevesados y sesiones de hipnosis.
El detonante de esta historia es el robo del cuadro 'Vuelo de brujas', de Francisco de Goya, en una venta de arte en pleno centro de Londres, perpetrado por Simon, uno de los asistentes en la casa de subastas donde tiene lugar la puja, en colaboración con una banda criminal.
El perfecto diseño del crimen queda empañado por un imprevisto: en el transcurso del robo, Simon recibe un golpe en la cabeza y olvida dónde ha escondido el lienzo, valorado en millones de dólares. Tras repetidas torturas y amenazas, la banda decide acudir a la hipnosis para recuperar el valioso recuerdo perdido. El desenlace de esta búsqueda es una sucesión de sorpresas esenciales para no perderse en el hilo de esta historia.
Protagonizada por James McAvoy, Vincent Cassel y Rosario Dawson, el filme introduce por primera vez a una mujer como heroína de esta historia. "He trabajado con grandes actrices, pero nunca había visto en sus personajes la fuerza suficiente para conducir la historia", ha destacado el cineasta este miércoles durante una entrevista.
Boyle tiene dos hijas veinteañeras que durante mucho tiempo le han echado en cara una cosa: "¿Por qué no conviertes a un personaje femenino en detonante de la acción?". Y así ha sido. Rosario Dawson ha encarnado un papel esencial que se introduce en esta historia de manera sutil e inocente y consigue conducir deseos, voluntades y decisiones.
Según explica con el director de 'Trance', su personaje es una "femme fatal" y de alguna manera la creación de este personaje es una "reinvención" de los papeles femeninos de Alfred Hitchcock. En palabras del cineasta, es una "reconstrucción misógina" de la que la protagonista "saca partido": la sensualidad derrota la violencia.
Hablar con Boyle sobre su nueva película y transcribir sus respuestas es complicado, pues en este caso ha rodado un puzle tan enigmático e inquietante que cuaquier explicación puede desvelar y acabar así con la intención del cineasta: "intrigar y llevar al límite las emociones del espectador".
Su herencia cinematográfica es la de los años 70, cuando se desarrollaba el lado más oscuro de la sexualidad y la violencia, algo que poco a poco ha ido desapareciendo en Hollywood.
Por ello, para Boyle es importante preservar esos sentimientos que "estremecen". "Hay que proteger las historias que hablan del lado más oscuro porque si no terminaremos haciendo películas de Disney o infinitas secuelas de 'Fast&furious'", ha dicho.
Goya, "primer modernista"
Para Boyle, Francisco de Goya es "el primer modernista", el responsable de introducir un punto y aparte en la historia del arte. "Antes todas las obras eran superficiales. Él fue quien se introdujo en la mente
humana, así que el siglo XIX y XX le debe mucho", ha manifestado.
El director sintió una "gran responsabilidad" a la hora de elegir una pintura de Goya. Boyle, sacando del bolsillo interior de su chaqueta una imagen del cuadro protagonista del robo ficticio de su película, señala: "No se puede tratar una referencia así de forma trivial".
Pero en esta película, el robo de cuadros es solo una excusa para abordar lo que realmente le interesa al director de 'Trance'. Los recuerdos y la memoria son realmente lo que le importa a Boyle, ya que constituyen la identidad. "Hay un hilo que teje lo que somos y cuando nos hacemos mayores perdemos algunos de ellos", indica.