El Museo Goya reivindica las raíces aragonesas del pintor. El Periódico de Aragón.
El antiguo Camón Aznar muestra 29 piezas de la etapa joven del de Fuendetodos antes de marchar a la Corte.
Reivindicar las raíces de Goya y mostrar que cuando el pintor deja Zaragoza (a la que solo regresará para realizar encargos puntuales) para ser pintor de la corte ya atesoraba una pincelada especial. Bajo esa premisa se ha construido el discurso de la exposición Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas con la que se ha inaugurado la sala de exposiciones temporales Camón Aznar del nuevo Museo Goya. Colección Ibercaja. La presidenta Luisa Fernanda Rudi inauguró ayer una muestra (que se podrá visitar hasta el 28 de junio) y que presentaron por la mañana la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat; la directora de la Obra Social Ibercaja, Teresa Fernández; y la asesora científica de la exposición, Manuela Mena.
"Goya es, desde el principio, un pintor original y único con sus propios principios de belleza y, en estas obras se pueden ver el color que utiliza, la luz, su precisión en la pincelada... No da una pincelada innecesaria y, en esta etapa, ya empieza a investigar en la naturaleza humana de una forma prodigiosa", señaló Mena, que destacó que el de Fuendetodos "siempre fue fiel a sus raíces con las que nunca rompió aunque no se quedara amarrado a ellas".
INÉDITAS
Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas contiene 29 piezas, principalmente óleos sobre lienzo, entre las que se encuentran algunas inéditas para el público (La Piedad o Virgen con el niño), otras que se muestran como obra de Goya por primera vez (Huida a Egipto y Muerte de San Alberto de Jerusalén) y otra como La Virgen con San Joaquín y Santa Ana que se asoma junto a otras piezas del aragonés también por primera vez.
"No hemos hecho ninguna selección sino que son todas las obras que se conocen de Goya de esta etapa", señaló Mena, que explicó que las únicas que no se pueden ver, por razones obvias, son las pinturas de Aula Dei y los frescos del coreto del Pilar. Sin embargo, sí se muestran el boceto preparatorio de esta y los facsímiles del Cuaderno italiano donde Goya ya preparaba lo que luego haría en Aula Dei.
Destaca que la muestra acaba con el mito de que Goya no hacía pintura religiosa ya que, en esta etapa previa a su marcha, "tenía una clientela que le pedía ese tipo de obras pero Goya no las desprecia --indicó Mena-- sino que ya vuelca su manera tan especial de representar las cosas". Algo que se puede ver, por ejemplo, en el suelo de La Virgen con San Joaquín y Santa Ana realizado en perspectiva.
La exposición consta de 19 óleos sobre lienzo, tres aguafuertes, dos dibujos así como una plancha original de grabado, facsímiles del Cuaderno italiano, que incluye dibujos de Aula Dei, así como la carta de Bayeu a Martín Zapater en 1775.