De Fuendetodos a Burdeos: Lorena Domingo, el Niño de Elche y Francisco de Goya
Hasta el 2 de junio la muestra “‘Murió la verdad’ (Sin lugar. El murmullo de la ausencia)” reúne diferentes obras de Lorena Domingo, y una instalación sonora de el Niño de Elche, en el Instituto Cervantes de Burdeos.
Desde el 13 de abril hasta el 2 de junio es posible visitar la exposición “‘Murió la verdad’ (Sin lugar. El murmullo de la ausencia)” de Lorena Domingo en la casa donde falleció Francisco de Goya en Burdeos, hoy sede del Instituto Cervantes. Se trata de una actividad que forma parte del programa de actuaciones organizadas por el Gobierno de Aragón con motivo del 275 aniversario del nacimiento de Goya.
En el marco de la programación realizada en torno a dicha efemérides, la Dirección General de Cultura del Gobierno de Aragón realizó una convocatoria pública en 2021 de proyectos de investigación y producción artística contemporánea que debían relacionar conceptualmente los lugares de nacimiento (Fuendetodos) y de fallecimiento (Burdeos) de Francisco de Goya con su amplia y diversa creación artística, propiciando de este modo una red de trabajo y de cooperación entre diferentes lugares clave en la vida del pintor. El trabajo que resultó ganador de convocatoria fue el de la artista Lorena Domingo (Zaragoza, 1984) ‘Murió la verdad’, que se materializa en un proyecto expositivo itinerante que llega a la casa en la que falleció Goya, tras pasar por la casa natal del artista, en Fuendetodos. El comisario de la muestra ha sido Ignacio Cabrero.
En la muestra se reúnen diferentes obras pictóricas y cerámicas de Lorena Domingo, y una instalación sonora de el Niño de Elche, creada y realizada de manera específica para el Instituto Cervantes. También se invita al espectador a visualizar el vídeo donde la artista Concha Jerez habla desde el Museo del Prado de Madrid sobre Los fusilamientos de Goya, y la influencia de su obra en el arte contemporáneo.
El proyecto de Lorena Domingo pretende dialogar directamente con los espacios de la casa natal, y su adaptación posterior a la casa donde murió Goya. Para ello, la artista invade los espacios de tránsito en las casas, abrazando la esencia espiritual de su hogar para cuestionarse cómo y por qué es posible hoy —todavía— la pintura.
Rescatando la propia voz de Goya, quien estuvo en contacto siempre con las ideas de su tiempo, especialmente las ilustradas, Lorena Domingo subraya e indica capítulos del pasado y los trae al presente. Frases que aparecen a través de la pintura de la artista, dejando espacios en blanco que invitan al espectador a completar.
Junto a ella, el artista sonoro, indisciplinar y exflamenco, Niño de Elche (Elche, 1985). Ambos artistas comparten interrogantes sobre las concepciones artísticas contemporáneas, en una continua búsqueda de la razón, y la sinrazón, para transmitir una verdad, pues como ya adelantara Goya, “murió la verdad”.