Tiene prisa de escapar (C.128)

Véase Por no trabajar (C.1).

Estamos ante otro de los dibujos del Cuaderno C que tratan el tema del abandono del hábito por parte de los miembros de las órdenes religiosas. Pertenece al subgrupo de seis obras centrado en esa temática que a su vez se integra en la subserie de trece dibujos sobre la vida monacal (C.119-C.131) que cierra el citado Cuaderno C.

Una joven novicia se quita el hábito mientras su rostro refleja preocupación e incertidumbre, miedo al futuro, aunque Goya, mediante la leyenda que acompaña al dibujo, sugiere su premura por cambiar de vida. De bellas facciones y sensual anatomía, insinuada por la estilizada pierna que se está desvistiendo, se dispone sentada en el suelo, proyectando una sombra que contrasta con su cuerpo y con el luminoso fondo de la escena, constituido por el propio papel-soporte sin intervenir.

Gassier hace hincapié en el hecho de que en la época de Goya esta escena resultaba doblemente indecente: por tratarse de una mujer y por ser religiosa. Esa fue quizá la razón de que la obra se retirara del lote principal del Cuaderno C que acabó siendo vendido al Museo de la Trinidad.