Cazador al lado de una fuente

El tema de los cazadores ya había sido representado por Goya en su primera serie de cartones Escenas de caza, pero el cazador que aquí vemos es muy diferente de aquellos. Este es todo un caballero ataviado con casaca amarilla y tocado con tricornio, todavía con la escopeta sobre el regazo mientras descansa apoyado en una fuente. Su rostro denota inteligencia y tiene la expresión del que está absorto en sus pensamientos.

De composición sencilla, es muy semejante a su compañero Pastor tocando la dulzaina, donde volvemos a encontrar una figura masculina recostada, marcando una diagonal y sujetando un instrumento.

Algunos autores han planteado, por sus medidas y tonalidades, que esta obra flanquearía, junto con Pastor tocando la dulzaina, el paño de La vendimia. Su relación con la estación otoñal se justificaría por el uso de colores ocres y porque la práctica de la caza tenía su mejor momento en esta estación del año. Por otra parte, si tenemos en cuenta la interpretación que da la americana Tomlinson acerca de este ciclo de tapices, vinculado con las edades del hombre, tiene bastante sentido que las sobrepuertas que flanquean el otoño sean personas adultas mientras las que acompañan a la primavera son niños.