La cucaña

Son cuatro los cuadros que llevan la sigla X.1 según el inventario que en 1812 realizó el notario Brugada a la muerte de Josefa Bayeu. De estos cuatro se han podido identificar tres de ellos que son, además de La cucaña, Procesión en Valencia y Corrida en la plaza. En el inventario se señala que las obras son similares, posiblemente porque fueron realizadas todas ellas en el mismo periodo y con una técnica análoga en lienzos de dimensiones muy parecidas. Es bastante probable que, para la ejecución de estos cuadros, Goya emplease cañas abiertas con las que pudo obtener un efecto muy parecido al que habría conseguido si hubiese utilizado la espátula.

En primer plano un grupo de personas se coloca alrededor de la una cucaña a la que se encaraman tres figuras, una de las cuales ha llegado a lo más alto en donde aguardan todo tipo de viandas como recompensa. En el paisaje del fondo se puede ver un puente y tras él una cruz, mientras que sobre una colina se aprecia un edificio blanco que bien podría ser un cortijo o un monasterio.

Goya ha pintado esta escena con colores muy oscuros que crean un clima inquietante. El cielo amenaza tormenta y la oscuridad se cierne sobre aquellos que asisten al espectáculo. La parte más iluminada del cuadro es el edificio que se encuentra sobre el cerro. Tanto la arquitectura como la colina en que se ubica recuerdan, por su aislamiento en la escena, al cuadro de Goya titulado Ciudad encima de una roca, en la que la independencia del edificio con respecto a su contexto es aún mayor que en esta obra.

El tema de La cucaña había sido tratado anteriormente por Goya en los cartones para tapices, aunque nada queda ya en la obra que aquí nos ocupa del ambiente festivo y de la luminosidad del cartón goyesco.